jueves, 30 de octubre de 2008

Cóndor de alto vuelo

Un nuevo personaje del deporte de nuestra provincia se hizo presente en el programa. Ernesto "El negro" Contreras, o más bien conocido como "El Cóndor de América". Ciclista con una inmensa trayectoria y que no sólo un velódromo lleva su nombre, sino que se destaca entre las máximas glorias del ciclismo en la Argentina junto a los hermanos Curuchet.

Ernesto cuenta con 3 participaciones en juegos olímpicos, 12 títulos nacionales, 2 victorias en el cruce a la cordillera de Los Andes e interminables trofeos en la provincia, además de haber corrido en campeonatos del mundo.

Como todo chico sus principios en el deporte fue el fútbol, ¿qué pasó que eligió el ciclismo?

Yo saltaba por la ventana de mi casa y estaba en una cancha. En esa época vivía en una finca allá por Medrano en la calle "La Legua". Dentro de esa finca, donde mi papá era administrador jugaba mi hermano al fútbol y yo con 13 años practicaba en el colegio, era arquero; pero no el gordito, yo era el flaquito (entre risas). Les aclaro que mi padre nunca me puso una mano encima, pero un día dijo: "nadie juega más al fútbol", y así fue. Luego, apareció el deporte en las uniones vecinales en donde se organizaban carreritas de bicicleta, ahí comencé a correr y no paré más.

¿Cómo fueron sus primeros años de competición?

Empecé en la cuarta categoría el 26 de abril de 1956 y gané mi primer carrera. El 3 de Junio ya era campeón de la provincia y hacia fines de septiembre era finalista de un campeonato nacional. A partir de ahí, se inicia una era que no me dio tiempo ni a soñar ni a pensar.

Contreras, cruce a Los Andes.


¿Cuáles eran sus especialidades?
Me inicié en ciclismo en pista, pero también corrí en carretera y en persecución individual, entre otros.

¿Cómo fue su juventud?


Perdí varias cosas de adolescente por mi deporte. Prácticamente no tuve diversión de chico como otros, no aprendí a bailar. Habían fiestas, cumpleaños en el barrio y yo los miraba de lejos. Siempre pensaba en entrenarme y correr en mi bici, asi que viejaba por todo el país ya que no había tiempo si uno se distraía.

Fue tapa de Gráfico...

Sí, tres tapas de Gráfico. El mismo año que empecé a correr ya me hicieron uno nota. Y en aquel entonces no todos los deportistas eran tapa y sobretodo del interior del país.

Le tocó viajar a Europa a correr el campeonato del mundo. ¿Qué anécdota recuerda?

(Risas) Si alguna vez me apuntaron como un arma fue en Italia. Salía de Torino camino a Milán e iba sólo con mi idioma mendocino y con alguna raíz de Medrano. Estaba esperando el tren y se acerca un militar, me apunta con el arma y lo único que pude mostrar fue mi pasaporte, después de unas traducciones de por medio no tuve más inconvenientes. Pude seguir mi reccorrido hasta que llegué a mis destino, Holanda; pero, mis bicicletas siguieron camino y yo me bajé en la aduana. Empecé a reclamar mis bicicletas y me llevaron a un galpón grande, pero no había rastro de ellas. Tenía una carta con destino al consulado Argentino, pero sin dirección, asi que con ayuda de un italiano pude conseguirla. Me tomo un taxi y le paso el papel con la dirección escrita, pero el holandés me lo devolvía y yo se le volvía a pasar para que me llevara. El taxista se cansó de pelear, arrancó su auto, llegó a la esquina, dobló, la segunda casa (risas). Por supuesto sacó un papel y me anotó cuanto le debía.

El velódromo de Mendoza lleva su nombre.

Por lo menos visitó lugares muy lindos...

Sí, pero por más bonitos que eran nunca los disfruté, la pasé muy mal. En una ocasión, estuve viviendo solo 54 días en Dinamarca cuando la competición era en Milán, nunca entendía por que era así. Para mí el idioma era un muro muy difícil de superar. A mí me sacaron de las viñas y me dijeron: "se tiene que ir a Italia a correr el campeonato mundial".

¿Cómo nació el apodo, "El Cóndor de América"?

Marcelo Houlné (periodista) me bautizó como "El Cóndor de América" por mis trepadas hacia la Cordillera, un nombre que recorre muchisimos lugares. El cruce a Los Andes fue algo distinto porque a pesar de mis títulos, ganar este cruce me dio mucha fama en la provincia. Fueron unas prueba muy lindas, sufridas porque marchabamos a rumbos desconocidos, vencer la montaña nunca fue fácil y a mi eso me valió mucho, de seis ediciones que corrí gané dos y uní dos países por medio del deporte.

¿Lo reconocen en otras partes del mundo?

Sí, en Estados Unidos hay un muro grande en donde está el cóndor y yo estoy al lado, al igual que en España y en Italia que figuro en el museo de Fausto & Serse Coppi, por eso yo digo que nadie es profeta de su tierra.

¿Cómo ve al ciclismo en la actualidad?

Estamos en pobreza, no hay que engañarse ni tampoco culpar a nadie. Estuve en otros paises como Cuba y la realidad con respecto al deporte es muy buena. Hay material, pero falta apoyo. El ciclismo en San Juan y San Luis nos ha superado ampliamente (Mendoza).

Alguna vez dijo: "He tenido fama, gloria y triunfos, pero nunca sentí lleno mi corazón como después que encontré a Dios", ¿por qué?

Todos siempre andamos en la búsqueda de algo mejor. No he tenido problemas de familia ni de nada, y un día me invitaron a una iglesia Evangélica, me gustó, me quedé y dije: "cuanto tiempo he perdido, cuantas cosas podríamos enseñar y evitar para el projimo". Porque la ley de Dios está en dos mandamientos nada más. "Amarás a Dios con toda tu mente, con todo tu corazón y toda tu fuerza", y el otro dice: "Amarás a tu prójimo como a ti mísmo". Y es lindo que yo ame a mi familia, esposa, hijos, nietos, tíos; ¿y el vecino, no está sobre tu tierra? Si todos cumplieramos el segundo mandamiento, no habría guerras, problemas y todo sería mas lindo.

¿El ciclismo le dejó amigos?

Por supuesto que sí, donde voy tengo ese privilegio. Alguien me decía: "Lo que pasa que lo que vos sembraste lo estas cosechando", y es bueno sembrar. Por eso digo que el deporte es bueno si lo practicamos de corazón, pero el que quiere hacer un deporte tiene que pagar un precio, sacrificio, dedicarle tiempo y hacer un deporte sano con una mente sana.


El negro Contreras en los estudios de Radio Abierta FM 107.9

Así, "El cóndor de América" es uno de los grandes deportistas que saca nuestra provincia y nuestra intención, la de homenajearlo como debería ser siempre con las glorias. Actualmente, Ernesto además, de ser pastor de una Iglesia Evangélica dedica con todo su amor a poner en forma las bicis de carrera en su negocio de Godoy Cruz.

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